Nuestra Historia

En el corazón de Bodega Ianni late un sueño que nació hace casi una década, impulsado por dos almas apasionadas: Vilma y Néstor Ianni. Su historia es un testimonio de visión, esfuerzo y amor por la tierra. Hoy, esa pasión se expresa en cada botella de vino que compartimos con el mundo.

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"El vino es embotellado por la alegría y servido por el amor."
Robert Louis Stevenson

Néstor: El Visionario que Soñó con Viñedos en Entre Ríos

Nacido en el pintoresco Chovet, Santa Fe, Néstor llegó a Gualeguaychú con un espíritu inquieto y una convicción audaz: esta tierra podía dar uvas tan nobles como las de Mendoza. Mecánico de oficio y vendedor de repuestos por vocación, decidió apostar por lo que parecía imposible: plantar vides en una región sin tradición vitivinícola.

Su fe en el suelo entrerriano lo llevó a sembrar las primeras hileras de Cabernet Franc en Altos del Gualeguaychú. Con la misma chispa de aquel inicio, hoy recibe a cada visitante, compartiendo secretos del viñedo y la magia del proceso de vinificación. Néstor es guardián de nuestra historia y anfitrión de quienes se acercan a descubrirla.

Vilma: El Alma de la Mesa

Vilma es la esencia de la hospitalidad. Profesora de Física y Matemática, encontró en la cocina una forma de unir corazones. Su calidez y su sonrisa reciben a cada visitante como si fuera de la familia.

Las famosas empanadas de Vilma y sus escabeches artesanales ya son tradición en la bodega. Pensados para maridar con nuestros vinos, convierten cada encuentro en una experiencia donde la gastronomía casera y el vino se abrazan con naturalidad.

Cada botella de Bodega Ianni es un homenaje a Gualeguaychú, tierra de carnaval, alegría y magia. Nuestros vinos reflejan no solo la nobleza del terruño entrerriano, sino también el espíritu festivo y vibrante que define a nuestra región.

Un Brindis a la Tierra del Carnaval

Más que un Viñedo, un Hogar

Juntos, Néstor y Vilma han construido algo más grande que un proyecto vitivinícola: han creado un hogar donde tradición, familia y pasión se entrelazan.

En Bodega Ianni, cada copa cuenta una historia: la de un sueño sembrado en Gualeguaychú que hoy florece en cada sorbo.